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martes, 26 de junio de 2012

Estoy harta de...


No hay muchas cosas de las que esté harta. En mi opinión soy una persona relajada y no me molesto fácilmente por algo. Sin embargo, el sistema Bicing me ha enfadado, pero cuando inscribí en Bicing no había pensado en los inconvenientes.  Bicing es una organización que provee bicicletas a los residentes de Barcelona. Cuando te inscribes en Bicing, pagas una cuota y te mandan tu tarjeta. A partir de ese día, puedes ir a cualquier estación, pasar la tarjeta y coger una bici. En teoría la idea es inteligente porque no hay que preocuparse por la seguridad de la bicicleta y hay estaciones por toda la ciudad. Además, si la utilizas por menos de media hora, no te cobran nada.

Pero lo cierto es que a veces el sistema no funciona bien. Estoy harta de las estaciones llenas y las vacías. Me pongo furiosa cuando llego en una estación y no hay espacio para depositar la bici, y viceversa cuando llego y no hay ninguna bici ahí. Me molesta más cuando tengo prisa y no tengo bastante tiempo para ir de estación a estación. A veces recurro al metro, para no llegar tarde. Por si no fuera bastante, estoy hasta el gorro de que las bicicletas que están en la estación no vayan. Desde mi punto de vista, las estaciones con bicicletas que no funciona son peor que las completamente vacías. Cuando veo una estación con dos o tres bicis pero sus luces destellan, me enfurezco. Encima de todo eso, a veces me lleva media hora encontrar bicicletas y cuando cojo la bici y los frenos o las velocidades están rotos aún me lleva más tiempo. Hay que devolver la bici a la estación y pasar la tarjeta por el poste otra vez y coger otra bicicleta.

Para colmo, me han cobrado 35 euros para un viaje de 10 horas que no había hecho. La estación en que dejé la bicicleta no la reconoció. Después de tres llamadas, un correo electrónico y un viaje a la oficina, finalmente se solucionó el problema y me reembolsaron. ¡Qué lío!

No hay camino que no tenga fin


Cada ruta tiene su fin y la mía ha llegado. Este año de Erasmus es la más increíble oportunidad para conocer culturas nuevas, idiomas diferentes y a gente de todo el mundo. Hay que disfrutar del viaje y no anticiparte al destino. La vida consiste de experiencias sorprendentes, y tienes que descubrir nuevas aventuras y aprovechar cualquier oportunidad de que la te obsequie. Aunque lo que es más importante es recordar que en la vida hay muchos altibajos, y con cada momento malo viene uno de bueno.

Hay muchísimas cosas que me llevaría en la maleta, además hay unas que prefería dejar o me entristecería dejar atrás. Me he enamorado de mi vida en Barcelona, y a pesar de algunas irritaciones, es un estilo de vida que me encanta. La ciudad y todo lo que engloba me ha hechizado. El día que me vaya de aquí será lo más triste que me haya pasado en años. Para empezar, tendré que dejar aquí el sol y el buen tiempo de España, la playa y los chicos guapos. ¡Qué lástima! Fuera bromas, me llevo todos mis recuerdos queridos para acordarme de esos momentos más magníficos, que hay un montón. Recuerdos de mis amigos, de visitantes, de desconocidos simpáticos, de mis compañeros de trabajo, de carreras por la playa, de caminos por la ciudad, del hombre sin techo que siempre me dice ‘hola’ y, por último si bien no menos importante, recuerdos de la vida diaria en Barcelona.

Aunque mi estancia de Erasmus ha sido un sendero con baches, la mayoría ha sido fabulosa. Quito de mi maleta el papeleo de Erasmus, y dejo atrás las visitas a las oficinas de OMA y los coordinadores. Sin embargo, los conocimientos y recuerdos del país, la cultura y los idiomas se van conmigo. Guardo la felicidad y las historias buenas y graciosas en mi corazón. Espero algún día contar a mis hijos esta aventura.  

La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero (Hermann Hesse)

Cuando puse los pies en el avión en el aeropuerto en Inglaterra para ir a Barcelona, dejé atrás el verano peor de mi vida hasta ahora. Había perdido el norte porque mi madre estuvo muy enferma y estuvo en el hospital durante dos meses porque tenía que someterse a una operación en la espalda y salió mal. Ingresó en el hospital el día antes de mi 21 cumpleaños y casi murió por eso mi vida se volvió muy complicada y aterradora, así que cuando el avión despegó del suelo, tenía que quitar todas las preocupaciones y los sentimientos de responsabilidad y mirar por adelante.
Mi camino hacia la normalidad comenzó cuando llegué a Barcelona y podría empezar a comportarme como un adulto joven de nuevo. Podría concentrarme en mí misma y mi nueva vida como una estudiante Erasmus así que me metí de lleno en hacer amigos y encontrar un piso. Me tomó unos meses sentirme cómoda en mi nueva ciudad y universidad pero pronto me di cuenta de que esta era la mejor decisión que había tomado en mi vida. Estaba tan feliz con mi piso y mis nuevos amigos que me olvidé del verano y todos mis problemas.
Tengo que agradecer a mi estancia de Erasmus para la persona en que me he convertido así que me llevo esto cuando regrese a Inglaterra en dos semanas. Aparte de la pierna enorme de jamón ibérico, en la maleta, pongo toda mi confianza en mí misma, toda mi independencia y todo mi conocimiento de la vida porque no quiero olvidarlo cuando vuelva a casa. También todos mis amigos y personas que han hecho este año totalmente increíble se van conmigo, junto con todas las risas y las lágrimas que he experimentado con ellos. Los recuerdos de este año me dejan un buen sabor de boca y será imposible olvidarlos porque Barcelona y la gente que he conocido, me han cambiado para siempre y no me arrepiento de nada. Por eso, no voy a dejar muchas cosas aquí, aparte de unos cuantos pares de sandalias rotas y un pedacito de mi corazón. 

Mi Rabia Principal


Yo de lo que estoy de verdad hasta las narices es de los hombres en España que me joroban cada vez que salgo de casa. Me parece ofensivo que los hombres silben y griten a las mujeres por eso cuando un hombre en Inglaterra silba a mí, me enfada mucho pero la actitud de los hombres aquí me hace perder el control completamente.
Al principio, pensaba que la ropa que llevaba influía en la conducta de estos hombres porque llegué a Barcelona en septiembre cuando todavía hacía sol debido a esto llevaba los pantalones muy cortos. Muchos hombres me molestaban continuamente y me ponía de los nervios porque solo quería caminar por la universidad en paz.
No obstante, por si no fuera bastante comportan en la misma manera en invierno cuando llevaba los vaqueros y un jersey holgado. No lo entiendo para nada porque nunca les animo. Encima continúan silbando o gritando a mí cuando intento ignorar sus comentarios porque piensan que no los he escuchado. ¡No lo aguanto más, de verdad no lo aguanto más!
No puedo suportar más los comentarios vulgares de algunos de los hombres por las calles, especialmente cuando tienen la misma edad que mi padre o ¡incluso que mi abuelo! Me hacen querer vomitar porque espero que no quieren que hombres decir ese tipo de cosas a sus hijas. Hay una gran diferencia entre el comportamiento de los hombres españoles y los hombres ingleses porque en Inglaterra, aunque a veces un hombre le silba a una mujer, no insisten y no es tan embarazoso pero me parece que los hombres españoles insistan mucho más y las cosas que dicen son peores y más sexuales de lo que ¡he oído en mi vida!
Me da rabia que no puedo caminar por las calles de Barcelona sin escuchar algo sobre mi aspecto o físico pero supongo que forma una parte de la cultura.

Cuando llegué a Barcelona… mis primeras impresiones


Tenía sentimientos encontrados cuando salí de casa la mañana del 13 de Setiembre para ir al aeropuerto y por fin a Barcelona. Estuve muy emocionante llegar a Barcelona para empezar mi nueva vida pero a la vez no quería dejar mi madre sola. El viaje en sí fue muy rápido y estaba bastante nerviosa pero cuando puse los pies en Barcelona, sabía que todo iba a estar bien y que iba a disfrutar mi estancia aquí.
Cuando llegué a la ciudad tan famosa y bajé del autobús en Plaza Cataluña, la primera cosa que noté, era el ruido de las calles calientes  y el olor de la humedad. Caminaba a mi hostal en la calle Passeig de Gracia y mi piel rápidamente se volvió pegajosa con el sofocante calor de Barcelona en verano. Sentía la brisa suave acariciando mi cara mientras luchaba con todo mi equipaje y trataba de ignorar todo la gente mirando fijamente a la chica con dos maletas enormes.    
Mis primeros días aquí pasaron en un abrir y cerrar de ojos porque había mucha gente nueva por conocer, muchas copas para tomar y muchas clases a faltar. Cada noche salíamos a una fiesta de Erasmus en cualquier parte de Barcelona y no regresaba por las calles con el olor a orines, y siempre despertaba todo la gente en mi dormitorio hasta las 5 o 6 por la mañana. Según mi parecer, mi primera semana aquí fue como un torbellino porque siempre había algo para hacer y también había muchas cosas que necesité organizar para la universidad.
A mi modo de ver, mi estancia como estudiante de erasmus ha sido unos de los mejores años de mi vida porque he conocido a muchas personas que serán mis amigos durante el resto de mi vida y no creo que vaya a tener este tipo de oportunidad nunca más después de la universidad. Desde mi punto de vista, creo que si se tiene la oportunidad para hacer una estancia en un país extranjero, se debe aprovechar al máximo. Sé que vendería el alma al diablo por retrasar el reloj y hacer este año una vez más.

Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. (Antonio Machado)


Pensamos que no existe un destino pre elegido. Uno siempre puede hacer lo que quiera de su vida, así que siempre puede cambiar lo que no le satisface en su vida. El camino se desarrolla a lo largo de una vida y según las circunstancias, uno tiene la oportunidad de descubrir lo que le conviene más. Hoy en día, aun es mas fácil cambiar de vida, ya que vivimos en un mundo con todas las posibilidades. Es mejor vivir la vida que planificar todo todo el tiempo. A veces, hay que dejar las cosas pasar. Aunque uno sabe eso, resulta difícil por todas las preocupaciones actuales (crisis económica, política, …).

Además, uno proyecta imágenes de sí mismo, así que tiene que encontrar a diferentes personas para tener su verdadera imagen. Y la imagen que tendrá dependerá también de su relación con la gente, si se trata de su pareja, sus hijos, sus amigos, sus compañeros de trabajo, etc... Dependerá también del momento de su vida. Uno puede ser más tímido durante su juventud y después convertirse en alguien más extravertido por ejemplo. Así que solo es a lo largo del camino que podemos decir quienes somos, y donde fuimos.

En lo que concierne mi estancia en Barcelona, no puedo decir lo que llevaré en mis maletas a la hora de irme, porque voy a quedarme aquí dos meses más. Pero lo que puedo decir es que vivir en el extranjero no es tan difícil como parecía al principio. Yo pensaba que sería difícil vivir lejos de mi familia o amigos, pero no lo es tanto. Ahora que lo sé, no tendré miedo la próxima vez que tendré que viajar.

En mi país, estas cosas no pasan...


Estoy harta de que los españoles hagan tanto ruido. No paran de hablar, en voz alta, tanto si son amigos en el metro, chicas con sus amigas en la calle o  por el teléfono, contando toda su vida para todas las personas que están alrededor. Ya no aguanto más. Es que en Bélgica, somos mucho más discretos y las personas que se comportan de tal manera son generalmente mal educadas. Así que resulta muy difícil acostumbrarse a algo que es normal aquí. No solo molesta el ruido, sino también saber que tal persona hizo tal cosa el viernes pasado y que no nos interesa en absoluto.

También me saca de mis casillas que no se preocupan por el reciclaje. Cuando fui la primera vez a España, a Valencia, podía ver que mis compañeros de piso no lo hacían y pensaba que quizás solo se trataba de ellos. Pero ahora que estoy aquí, me doy cuenta de que no es un asunto muy importante para la gente. Sin embargo, el reciclaje no es una medida para molestar a la gente, sino para el bienestar de todos. Se trata del futuro de nuestro planeta. En Bélgica, es algo que se hace de manera automática. Seleccionamos nosotros mismos los residuos y tenemos días de recogida selectiva de residuos.

Encima, no hay zonas verdes en la ciudad, lo que me molesta un poco. Salvo el parque de la Ciutadella, no hay bosques o parques para pasear. No hay naturaleza, salvo el mar. En Bélgica, hay muchos espacios verdes donde se puede dar un paseo. No sé si es porque soy del campo pero creo que de verdad, estamos más conectados con la naturaleza en mi país.
 
Qué me llevaría en  mi maleta

“El viajar es como una droga para los jóvenes, un lujo para los mayores y una obligación para los ancianos. “ Hemos elegido esta frase porque explica en la mejor manera el concepto de un viaje.  Los jóvenes quieren conocer y explorar el mundo porque son curiosos.  A ellos les gustan probar muchas cosas nuevas.  Además, se puede ser “adicto de viajar”, por eso la frase dice “como una droga”. Para los mayores viajar es un lujo porque no tienen mucho tiempo libre a causa del trabajo y la responsabilidad de ser padres. Entonces, cuando viajan,  pueden despegarse un poco de su vida cotidiana.  Cabe mencionar que viajar es “una obligación para los ancianos” dado que ya no trabajan y por lo tanto tienen mucho tiempo libre, también quizás sepan que no les queda mucho tiempo, y por eso quieren disfrutar todas las cosas que no han podido hacer antes. Relacionamos esta frase con nuestra estancia Erasmus porque sabemos que más tarde no tendremos mucho tiempo libre para viajar a otros países ni experimentar nuevas culturas y tradiciones.
A modo de despedida de Barcelona voy a mencionar cosas que quiero llevar a mi país y cosas que no me han gustado que en realidad quiero dejar aquí.
Primero quitaría la preocupación de que todo el mundo en el metro está intentando robarme. No me ha gustado nada el sentido de que no puedo viajar por la ciudad sin la ansiedad de que hay un ladrón escondido a la vuelta de todas las esquinas.
Además algo que no voy a echar de menos son los viajes al hospital. Fui dos veces, ambos yo estaba sano pero mi novia tenía problemas y por lo tanto he pasado un tiempo que me parecía muy largo en las salas de espera. Son lugares increíblemente horribles, todo el mundo está esperando sin ningún conocimiento de lo que está pasando con sus seres queridos. Es como estar a la expectativa, el tiempo se detiene. Esto no quiero guardarlo en mi maleta.
Sin embargo, hay muchísimas cosas que se van conmigo a Inglaterra. Uno por ejemplo sería los buenos recuerdos de las noches bebiendo en la playa hasta que salga el sol. En la maleta también pondría mis nuevos amigos y mi novia, los dos son mis cosas favoritas que han llegado como resultado de este viaje. Algo que no puedo imaginar quitando de la maleta es la comida, la comida aquí es riquísima, tiene sabores increíbles y es tan sencilla. Si fuera posible pondría el sol y la playa en mi maleta, ya que no quiero aún pensar sobre el clima en Inglaterra y mucho menos ver la de nuevo.
Como colofón, este viaje está llegando a su fin. Ha habido algunas cosas que no me gustaría experimentar de nuevo. Sin embargo, ha habido cosas que no quiero olvidar y no quiero que paren. La vida es un viaje de la serpiente, hay que disfrutar los buenos tiempos cuando los tengas porque no duran para siempre y los malos tiempos parezcan mucho más largos.

Estoy harto de...
Estoy hasta la nariz de los delitos que ocurren en esta ciudad, nunca he estado en una ciudad en la que tantos delitos ocurren. Normalmente no son crímenes muy graves, de hecho son crímenes menores pero todavía me molesta mucho ya que me parece que la policía no está preocupada por estos delitos pero cuando haya una manifestación muy tranquila en La Plaza Jaume siempre hay un montón de policía. Realmente me saca de mis casillas porque están allí en la plaza como estatuas parecen muy fuertes e impresionantes con sus pistolas pero la realidad es que cuando guardan la plaza de los manifestantes hay muchísimas delitos ocurriendo por toda la ciudad.
Además me saca de quicio de que si desgraciadamente alguien te roba o comete un crimen y después vas a la comisaría la primera cosa que dicen es que “estas cosas siempre pasan aquí...”. De verdad ya no aguanto mas, hombre, ya no aguanto mas la manera en la que la policía te trata cuando quieres denunciar un delito. Me parece que no quiere intentar de atrapar al ladrón, desde mi punto de vista no le importa un pepino porque los delitos son contra guiris y por lo tanto no afecta a la policía porque los turistas se van del país en una semanita y también todos tienen seguro así que en realidad no es un problema tan serio. Sin embargo la verdad es que todo el mundo quiere que los ladrones estén atrapados y castigados pero a la policía no le interesa ni le importa.
Por otro lado es importante decir que los delitos no son la culpa de la policía pero tampoco creo que sean la culpa de los delincuentes, pues claro son ellos que cometen los delitos sin embargo no tienen muchos opciones. Como todo el mundo tienen que comer y hoy en día la economía de muchos países aún más en España esta jodida, es decir que no hay trabajos ni apoyo suficiente del estado por la gente y por lo tanto tienen que cometer delitos para sobrevivir en estos tiempos muy duros. Como colofón estoy hasta el gorro de que la policía no parece interesada en frenar estos delitos pero entiendo que es difícil estos delitos cuando son cometidos por personas tan desperrados.

viernes, 22 de junio de 2012

En la maleta me llevaría...


La estancia Erasmus se está acabando y pronto llega la hora de volver al país de origen, ¡qué tristeza! Para algunas personas es un camino con baches, para otros un via crucis, pero la mayoría de los estudiantes Erasmus la consideran como un camino de rosas, es mi caso.
Hay tantas cosas que no quiero olvidar y que me gustaría llevar en mis maletas. La gente es tan simpática y abierta que me llevo  su buen humor y su apertura de mente.
Desde fuera, se dice que a los españoles les gusta la fiesta y que tienen cierto talento para divertirse y respetar las tradiciones. ¡Es verdad! y uno se acostumbra muy rápidamente  a este tipo de vida. Por eso, me deja mal sabor de boca volver al día a día francés.
Barcelona es una de las metrópolis más grandes de Europa y se dice a menudo que la vida debe de ser estresante porque siempre está activa y que nunca descansa; pero no es cierto, a mi parecer el ritmo de vida es mucho más saludable que en otras ciudades más pequeñas de Francia. No me apetece dejar atrás este ritmo de vida.
Otra singularidad que echaré de menos es la vida nocturna; en Lyon, solo se puede disfrutar de la noche del sábado porque el resto de la semana la ciudad está muerta. En Barcelona, siempre hay animación (casi) por todas partes.
Algunas breves palabras sobre el tiempo… Se dice que no llueve mucho en Barcelona, ¡pero cuando llueve, LLUEVE! Dos días de lluvia, dos meses de sol, a mí es un clima que me encanta, en Francia el paraguas lo utilizamos mucho más a menudo.
Será Barcelona en su conjunto lo que guardaré en la mente, todo… Es la ciudad donde puedes hacerlo todo: ¿quieres salir de farra?, puedes, ¿quieres cultivarte?, puedes, ¿quieres ir a la playa?, puedes, ¿quieres ir a la montaña?, puedes también.
Erasmus es una trampa, es difícil cuando llegas y horrible cuando sales. Seneca dice “no hay viaje que no tenga fin”, sin embargo llevo conmigo todos los recuerdos grabados en la memoria.