Lo que echo de menos

Lo que echo mucho de menos es mi piso. Es un piso grande y muy luminoso. Además es limpio y puedo usar todas las cosas sin pensar. Aparte de esto tengo todavía mucha ropa en el armario de mi piso que echo de menos y que no podía llevar conmigo cuando iba a Barcelona. Es decir, que tengo que lavar muchas veces para tener ropa y sobre todo toallas. Aquí en Barcelona es diferente. El piso donde vivo es muy pequeño, en la cocina por ejemplo no caben más que dos personas y ya es dificil cocinar. Además no entra luz en las zonas comunes como el comeder y el salón. Pero, por lo menos, tengo una ventana pequeña en mi habitación. Lo que me molesta mucho es que el piso está sucio, es decir, que no puedo ir descalzo. Siempre tengo que ponerme zapatos. También echo de menos el olor de mi piso. Según mi parecer cada piso tiene su olor único. Es este olor que te hace sentir que estas en casa.

Lo que echo también de menos es la comida de mi novio. A el le gusta mucho cocinar y a mi me gusta mucho comer. Pero después de un día en la universidad no tengo muchas ganas de cocinar sobre todo si tengo hambre. Es decir que mis platos no varian mucho. Pero después de dos meses, pienso yo, que mis platos están mejorando.

Aparte del piso y de la comida echo de menos a mi novio, con el que vivo junto, a mi hermana, que no sólo es mi hermana sino también mi amiga, a mis padres y a mis dos perros.