El Sol de Nit

Cuando llegué a Barcelona el junio de 2011, hace casi un año, había leído sobre la famosa vida nocturna de la ciudad y que ofrece algunos de los mejores bares, restaurantes y discotecas de toda Europa, pero la Barcelona que yo buscaba era algo un poco diferente del resto de mis compañeros de Erasmus, quienes querían los chupitos y discos hasta las 04:00 de la mañana. En cambio, yo tenía la imagen de Barcelona como una ciudad, llena de pisos antiguos con pintura que se desconcha y balcones de hierro forjado, cuyos ocupantes eran escritores, músicos y artistas que se movían en bares pequeños, llenos de humo para tocar la guitara, hablar del arte y poner el mundo en orden. Entonces, tan pronto como llegué, encontré un piso en el barrio bohemio de Gracia y comencé explorar la zona.

Un día salí de copas con una amiga española y quedamos a las 22:00 en la Plaza de la Virreina, pensaba que era un poco tarde para salir, como en Inglaterra la mayoría de los bares cierran a las 23:30, pero como se dice, donde fueres, haz lo que vieres. Ella sabía los mejores bares de Gracia, y así me dijo que la mejor plaza del barrio era la Plaza del Sol que es el lugar donde todos van de farra, y sin duda tenía razón. Era una noche cálida y la pequeña Plaza del Sol estaba llena de gente, algunas estaban sentadas en las mesas fuera de los bares y otras estaban de pie en el centro de la plaza donde varias perroflautas tocaban la guitarra y disfrutaban del buen ambiente. Luego, entramos en un bar llamado el Sol de Nit, que era muy pequeño pero sin embargo estaba llenísimo de gente de todas las edades, algunas estaban arregladas y otras se vestían más informal, pero todas estaban charlando y divirtiéndose. Esto era lo que estaba buscando, el bar perfecto en la plaza perfecta.

Desde aquel día el Sol de Nit ha sido mi bar favorito en Barcelona y ahora soy una cliente habitual. El interior del bar está decorado en un estilo modernista y hay una fila de pequeñas mesas redondas donde la gente se apiña para tener conversaciones animadas. Durante el día es un gran lugar para tapear, aunque la variedad de las tapas no es muy extensa, son muy sabrosas y me molan mazo. El bar es muy popular y por consiguiente, es mejor llegar a las 13:00 para conseguir una mesa. Además, siempre todos los camareros son muy amables y ofrecerán consejos sobre los mejores vinos o cervezas con mucho gusto.

Sin embargo, la verdad es que durante la noche es cuando este bar se llena de vida. Hasta 22:30 es fácil encontrar una mesa donde puedes sentarte a la luz de las velas y disfrutar de música pop de los 80 y 90 mezclada con un poco de flamenco fusión u otra música del mundo. También, si tienes la suerte de sentarte en la terraza puedes observar a la gente en la plaza. Normalmente después de las 22:30 el bar se llena de gente que comienza a desparramarse rápidamente a la plaza y a veces es un poco ruidoso. Los clientes suelen ser tipos muy creativos y el ambiente es muy bohemio o hippie, que en mi opinión es muy guay. Aunque algunos se emborrachan, por lo general no hay violencia o el tipo de agresión de la que estoy acostumbrada en Inglaterra, donde la gente bebe demasiado y se desmadra rápidamente. Además, entre los perroflautas hay unos pocos que van piripi, pero son inofensivos y no hay ningún problema, excepto quizás para los vecinos que tienen que aguantar el ruido cada noche.

Para terminar, me gustaría recomendar el Sol de Nit a todo el mundo para una noche tranquila, rodeada por gente interesante y buena conversación. Estoy muy contenta de haber encontrado este bar y es el lugar en Barcelona donde me relajo y disfruto de una caña o dos, y al fin y al cabo puedo decir que Barcelona ha estado a la altura de mis expectativas.