El bilingüismo

Hoy en día, todos tenemos que aprender inglés para poder comunicarnos con la gente de todo el mundo y, sobre todo, para tener más posibilidades en el mercado del trabajo.

Pero no sólo respecto al mundo laboral es ventajoso dominar diferentes idiomas sino también en cuanto a la vida privada. La experiencia que yo tengo es que el dominio de dos o tres lenguas diferentes ayuda a entrar en contacto con gente de países extranjeros porque en la mayoría de los casos las personas te tratan de una manera diferente y, en general, están más abiertas. Hablar la misma lengua que ellos  muestra que estás interesado o indica que tienes una relación especial con su país y su cultura.
Algunas teorías lingüísticas dicen que cuando niños aprenden más de una lengua al mismo tiempo, en los primeros años tienen problemas de expresión o dificultades con la ortografía y que, además, nunca tendrán el mismo nivel en las dos (o más) lenguas que un hablante nativo.
Por supuesto que al principio se pueden producir algunos retrasos comparado con niños monolingües pero lo importante es que después de algún tiempo estos problemas ya no existen y estos niños tienen la suerte de haber aprendido dos lenguas simultáneamente. Y, en mi opinión, el hecho de dominar dos o más lenguas y así tener ventaja sobre las personas monolingües en tantas cosas, permite aceptar este retraso inicial.
Otra desventaja que es mencionado a menudo respecto al bilingüismo es la llamada alternancia de código. Efectivamente, es común que las personas bilingües mezclan los diferentes idiomas cuando hablan con otras personas bilingües pero, a mi modo de ver, esto es algo especial y admirable y debería ser considerado como un talento particular y no como un obstáculo.
Considerando todos estos aspectos, desde mi punto de vista ser bilingüe significa una gran ventaja, sobre todo en el mercado del trabajo en el que las relaciones internacionales son cada día más importantes, pero también en la vida privada porque permite diversificar el horizonte.