¿Qué echas de menos?

¿Qué echas de menos?:

Sin lugar de dudas, cuando regresé a Londres echaré de menos los cielos cristalinos y los dias luminosos. Sin embargo, este año de Erasmus he aprendido una lección inolvidable; no importa donde estés, pero de con quién estés.  Al mi modo de ver ni siquiera un día intenso tomando el sol en la Playa de la Barceloneta con la brisa del salitre se puede comparar con pasando un buen rato con amigos en el mugriento Brixton. ¿Piensas que he perdido el juicio? Puede ser pero te explicaré por qué.

Tal y como lo entiendo los catalanes tienen poca cortesía, haría cualquier cosa por alguien quien me dice gracias cuando mantengo la puerta abierta para ellos. El caballerismo fue inventado en el Reino Unido, pienso yo, y me gusta pertenecer a una cultura con cortesía. Quizás el clima aquí es embriagador  pero en mi experiencia la gente es inculta.  

Mataría por tener a una de mis mejores amigas aquí para compartir esta experiencia. Echo de menos no sentirme sola y aunque he crecido personalmente mucho en Barcelona, me muero de ganas de substituir las calles pestilentes de Barcelona por las calles tan malolientes de Londres. Allí las calles zumban de gente yendo a no sé donde, la prisa se palpaba en el ambiente. Si piensas que las calles en Barcelona son fétidas pues no habéis despertado un domingo en Brixton donde el hedor de empanadas jamaicanas, porros y caca de perro impregna los poros.  

Según mi parecer la cercanía de la gente que amas puede transformar cualquier gueto o barrio “caliente” en un sitio acogedor.  Este año me he dado cuenta de lo importante que mi familia y amigos son para mí. A pesar de que he conocido a gente muy buena aquí pienso que echar raíces podría tardar años. Sí somos todos ciudadanos del mundo ¿Por qué Barcelona me hace sentir como una guiri? Echo de menos tener un sentido de pertenencia.