Cuando llegué a Barcelona

Nunca olvidaré el día que vine a Barcelona, antes de que llegara aquí pasé un verano aburridísimo trabajando mucho en un bar cerca de mi casa para ahorrar dinero para los primeros meses de mi estancia en Barcelona. Desde mi punto de vista lo peor de salir de Inglaterra eran las despedidas emocionales a mis amigos y a mi familia pero en realidad tenía muchas ganas de venir a España por el cielo cristalino, las discotecas de puta madre, la comida suculenta y para conocer una nueva ciudad. Sólo tuve un problema durante mi viaje, en el aeropuerto tenía mi portátil dentro de mi equipaje de mano-la seguridad pensó que era una bomba pero después de que lo hubo visto  no habían más problemas. El día que llegué a Barcelona era increíblemente hermoso, palpé el sol brillante y la brisa salitre me tocó por la cara, en ese momento supe que me encantaría mi estancia en Barcelona.

En mi primer día aquí  creo que lo que me dio más miedo era la llamada al propietario porque tenía que hablar en español, lo que había hecho antes pero eso era la primera vez en la que la conversación tendría consecuencias. Pude entender todo lo que me dijo y encontré mi piso donde conocí a mis compañeros de piso. Me parecerían como chicos muy guays; sociables, guasones y abiertos. Mi primera noche era muy buena; salí con Peter el chico búlgaro de mi piso y su amigo francés. Mis recuerdos de esa noche son vagos, sin embargo recuerdo que primero fuimos a un bar búlgaro lo que tenía un hedor. Me parecía muy raro que durante mi primera noche en Barcelona fui a un bar búlgaro pero lo pasé bien allí con las cañas muy baratas porque Peter conocía el dueño de la cervecería. Luego fuimos a otro bar y conocimos muchas chicas allí. Después de eso, no recuerdo lo que pasó pero me levanté el día siguiente a las cinco por la tarde con un resacón. Habría matado por una lata de Coca Cola (eso siempre es mi medicina para el día siguiente de una noche saliendo de marcha). Normalmente me quedo en la cama cuando tengo resaca pero esa vez sentía valiente y por lo tanto fui a la playa donde lo pasé bien durmiendo bajo del sol, me di cuenta de que es la mejor manera de recuperar de una resaca. En mi opinión, este conocimiento va a ayudarme por toda mi vida.